El siglo XX comenzó con grandes cambios
ya en dos décadas, importantes transformaciones culturales habían ocurrido. Entre los años 1922 y 1929, Estados Unidos vivió un crecimiento económico que sustentó una mutación cultural. En Chile, a principios de 1920, publicaciones periódicas nacionales comenzaron a usar la fotografía como medio de ilustración principal; éste fue sólo uno de los cambios ocurridos en la década que en su último año vio nacer a la Gran Logia Mixta de Chile.
En esta época se instala un nuevo concepto, el de “cultura de masas” donde el modo de entender las artes, se amplía a nuevas formas de expresión como la fotografía, el cine, la música popular, entre otras.
Mientras un grupo de HH∴ de la Logia Hiram N° 65 de la Gran Logia de Chile se reunía con el fin de abrir el espacio que permitiera a las mujeres iniciarse, la sociedad sufría grandes transformaciones culturales. En el Taller “se sucedieron los trabajos acerca del papel de la mujer en la sociedad moderna y sobre los niveles alcanzados por los pueblos que asentaron las bases de su desarrollo cultural contando con el elemento femenino” señala Ethel Pliscoff Vásquez en su libro “Origen de la Gran Logia Mixta de Chile”. A la vanguardia de los cambios que se producirían en la sociedad, la Orden fue pionera en incorporar a la mujer para trabajar igualitariamente en la Masonería.
Las mujeres se destacaban en la literatura. En 1927, Blanca Santa Cruz Ossa publica “Cuentos rumanos” y años antes, en 1922, Gabriela Mistral había viajado a México para colaborar con la reforma educacional de José Vasconcelos, mismo año en que publica “Desolación” que le dio gran prestigio internacional. En las artes visuales, en el año 1928, treinta artistas fueron becados para ir a estudiar a Europa, entre ellos, Inés Puyó, Armando Lira, Héctor Cáceres.
Sin duda las mujeres en todo ámbito comenzaron a cobrar un protagonismo social, pero no todos los espacios les abrieron sus puertas. La Gran Logia Mixta de Chile fue uno de los primeros y continúa siendo el lugar en que hombres y mujeres viven la Masonería en igualdad de condiciones.
