El incesante trabajo de la gestión cultural

Myriam Parra Vásquez,

tiene una larga experiencia vinculada al arte y a la gestión cultural. Estudió Licenciatura en Literatura y Pedagogía en Castellano, en la Universidad Católica de Valparaíso; Licenciatura en Artes Visuales en la Universidad de Chile, Gestión Cultural Descentralizada en la Universidad de San Pablo, Brasil y Magíster en Gestión en Artes Visuales en la Universidad de Chile.

 

¿Qué nos puedes contar de tu permanencia en Brasil?

La experiencia de estudios y trabajo práctico en Brasil fue determinante para dedicarme a la Gestión Cultural, en Chile. Los estudios teóricos fueron en la U.S.PI. y los prácticos en el VALLE DE PARAIBA, visitando centros culturales en ciudades industriales, pueblos agrícolas, islas fluviales, entre otros. Conocí muchas experiencias notables: orquestas de viola campesina, talleres de máscaras de carnaval y de danza tradicional, escuelas de samba, todo con un fuerte apoyo estatal.

¿Cuáles fueron tus trabajos al regresar?

Asumí, como parte de un equipo, la organización de una gran Feria de Arte y Cultura en Viña del Mar. Fui responsable de las áreas de Arte y Cultura, seminarios, cursos y espectáculos, tales como la representación de “La Negra Ester” y un Recital de Inti Illimani en la Quinta Vergara. Al concluir la Feria, me invitaron a ser miembro del Comité Organizador de la Bienal Internacional de Arte de Valparaíso, haciéndome cargo de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de esta ciudad. Estuve a cargo, por cuatro años, de los espacios culturales dependientes de ella: Museo Baburizza, Escuela Municipal de Arte, Galería de Arte Valparaíso, entre otros.

¿Cuál fue tu experiencia en la Universidad de Playa Ancha?

Con ocasión de un trabajo de mi tesis de Magíster en la Universidad de Chile, llegué a investigar un acopio incipiente. Me entrevisté con el Rector, quien se interesó por mi investigación; después de varias visitas evacué un informe que mostraba el estado calamitoso de la colección. El Rector me invitó a trabajar y yo me comprometí a  aumentar la colección y ponerla en valor, asumiendo el rol de Directora del Fondo de Arte. Logré  allegar más obras y artistas de calidad. La primera colección que llevé fue la de Santos Chávez y siguieron muchos más.

Realicé exposiciones en el Museo Nacional de Bellas Artes, en el MAC y en muchas otras salas de otras regiones. Publiqué 4 libros y varios catálogos.

Esa colección tiene ahora un museo del grabado. Trabajé allí 12 años.

 

¿Cómo surgió tu proyecto de la galería Casa Verde?

Con la experiencia acumulada, con el conocimiento que ya tenía de los artistas relevantes del país, nació mi proyecto más personal.

Traje a la región lo mejor del arte nacional. Fueron 17 años. Mi casa grande de tres plantas era el espacio ideal para una galería con una bella vista al mar.

Se expusieron allí obras de Roberto Matta, Delia del Carril, Santos Chávez, Nemesio Antúnez, Guillermo Nuñez, Roser Bru, Samy Benmayor, Gonzalo Cienfuegos, Benjamín Lira, entre muchos otros.

También hubo conciertos, presentaciones de libros, encuentros culturales. La galería se proyectó a la ciudad con exposiciones  en el Castillo Woolf, un Museo a Cielo Abierto, “Muros que Miran al Mar” en el barrio de Recreo con obras de artistas de la galería, entre otras propuestas.

Casa verde fue un proyecto exitoso en muchos sentidos. La pandemia no me permitió seguir, ahora en un espacio más reducido, escribo y vendo obras de arte.