Herramientas de Accesibilidad

Noticias

El Descubrimiento de la Tumba de Tutankamón

y su

Conexión Simbólica con la Masonería Mixta de Chile

El 4 de noviembre de 1922, la humanidad vivió uno de los momentos más emocionantes de la historia moderna: el hallazgo de la tumba de Tutankamón, el joven faraón egipcio cuya sepultura permaneció sellada durante más de tres mil años. Cuando Howard Carter acercó su lámpara a la oscuridad de la cámara funeraria y pronunció las célebres palabras “Veo cosas maravillosas”, no solo abrió una puerta al pasado, sino también al alma simbólica de la humanidad.

El descubrimiento fue mucho más que un acontecimiento arqueológico. Representó un acto de búsqueda, de fe en el conocimiento y de respeto por la memoria ancestral. Tutankamón, que ascendió al trono siendo apenas un niño, encarnó el intento de restaurar el orden espiritual y moral en una época de crisis religiosa en Egipto. Su breve vida y su enigmática muerte dejaron un mensaje de renovación, de reconstrucción del equilibrio entre lo humano y lo divino.

Desde la Masonería Mixta de Chile, este hecho histórico adquiere una lectura profundamente simbólica. Carter, al abrir aquella tumba oculta bajo las arenas del tiempo, realizó un acto similar al del iniciado que penetra en los misterios del conocimiento. Descubrir la tumba de Tutankamón fue, en cierto modo, descubrir una verdad escondida, un llamado a desenterrar lo mejor de la humanidad: su sabiduría, su arte y su espiritualidad.

Para la Masonería, cada búsqueda es una forma de iluminación. Así como el arqueólogo retira pacientemente la arena que cubre el pasado, el masón —hombre o mujer— remueve los velos de la ignorancia y el prejuicio para revelar la piedra interior que contiene la luz del ser. Ambos caminos, el científico y el iniciático, se cruzan en un mismo propósito: reconstruir el templo de la verdad, piedra a piedra, idea a idea, valor a valor.

El hallazgo de Tutankamón nos recuerda que la historia no pertenece solo a los museos, sino a la conciencia colectiva que la interpreta. Cada objeto hallado, cada jeroglífico, es una palabra escrita en el lenguaje universal de la humanidad. La Gran Logia Mixta de Chile, al reflexionar sobre este hecho, celebra la búsqueda incansable del saber, la fraternidad entre los pueblos y la convicción de que el conocimiento libera, eleva y dignifica.

A más de un siglo del descubrimiento, la tumba de Tutankamón sigue hablándonos desde la eternidad. Nos enseña que el verdadero tesoro no es el oro que deslumbra, sino la luz que ilumina el espíritu de quienes, como los masones y masonas, continúan buscando “cosas maravillosas” en las profundidades del alma humana.